viernes, 29 de mayo de 2009

Mañana será tarde si vienes a buscarme.

El problema es que yo ya te había olvidado.
Creo haber contado 150 textos para tí, pero son del pasado, hoy no sería capaz de escribirte nada sentimental, bien cierto es que me ha sentado mal conocer tus sentimientos, conocer todo aquello que nunca dijiste, que yo tampoco dije, hoy, tantos días después.
Y ahora me propones todo, pero no sé cuanta prisa tendrás por obtenerlo, no quiero forzarme a nada y menos a querer.
Necesito tiempo.
Me gustaría empezar desde cero, pero no puedo asegurarte nada, ni siquiera llegar a apreciarte de nuevo.
Lo bueno, lo mejor, es haber sido capaz de pasar más de seis horas contigo y no darme cuenta de que el tiempo había pasado, habernos reido hasta caer exhaustos en el banco del parque que tantas veces he compartido con la nada.

Hay algo en mí, ésto va a sonar muy pedante, pero hay algo en mí, algo que no sé muy bien qué es que hace que las cosas ocurran así.
Que la gente me deje, siempre mal, que la gente me abandone, que huyan o partan, y la mayoría de las veces sin despedirse apenas, y yo intento reconstruirme, y me reconstruyo, pues sólo una vez me destrozó de verdad, quizá aquella vez que nisiquiera merecí una explicación, pero empiezo a recoger mis pedazos y seguir siendo yo.
Bien, pasa el tiempo, pasan los años y un día, en medio de mi vida, un día más, un día cualquiera, esas personas vuelven a mí, no tropiezan conmigo, no, vuelven.

Supongo que es como el agua del mar y la Luna, como las mareas.

¿Sigo siendo Luna?
¿He dejado alguna vez de serlo?

Bah.

He aquí lo que me hace dudar, volví para leer los textos que tenía para KAE y me encontré ésto, me enfadó bastante pero me hizo dudar, mucho, bastante, lo suficiente para ponerlo aquí, asumiendo todas las consecuencias, estoy cansada, sigo cansada
Querida:
Una cosa es lo que uno quiere creer que sueñan los demás y otra cosa es que esos sueños realmente existan.
Las elecciones no son ni fáciles ni difíciles, simplemente son elecciones. Y ser consciente de que lo que se elige.
Ah, y no basta con querer ser sueño para serlo. No basta con querer ser luna, para serlo...
¿Desde cuado la luna no florece? Si se quitan los velos de melancolía y los deseos que emulan los escritos del romanticismo, se pueden ver flores, raras flores de increíbles colores que contrastan con la palidez de la luna, creciendo en sus valles... Sólo has de observar con atención.

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