jueves, 14 de mayo de 2009

Hoy estaba fría, sin ganas, cansada, desaliñada, perdida.
El espejo no me decía nada, la música tampoco, mis pies más que taconear se dejaban caer.
Pero ha habido un momento que me he dicho, "míralo, ahí está, detrás de este muro de hormigón, detrás de esta calle...".
Y así he vuelto a renacer y a mecerme al ritmo de tangos.
He fijado los ojos en ese punto en el que él se encontraba, tras el hormigón, tras las calles, tras las ciudades y sé que él también me estaba mirando.

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