
Estás aquí.
Puedo sentirte.
Te escucho caminar de puntillas intentando esconderte.
Pero sé que estás aquí.
Por eso yo también he llegado tan temprano a nuestra cita.
El sol rocía las calles pero te escondes entre los resquicios de sombras que la noche ha olvidado recoger, te ha dejado a propósito, o quizá le hayas robado, para poder acercarte un día más.
Aquí estoy, esperándote.
Vivo en una noche constante, sigilosa, oscura y misteriosa.
Y el único halo de luz eres tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario