When your best year become your worst.
Mais il y a toujours une petite lumière à la fin du couloir où tu es mis...et je suis en train de la chercher.


Miro las fotos de París, mis ojos almendrados con la mirada fija y segura, amenazadora y pasional, jugadora de póker.
Las alternativas a los sucedáneos de amor.
Manos, besos, risas, todos. Yo.
Me hubiese gustado quedarme allí y supongo que de alguna manera lo hice, supongo también que por eso me da un poco de miedo volver otra vez y encontrarme y ver que ya no soy yo.
Aunque ya lo sé.
He perdido demasiado pero no todo está perdido.
Mi último verano en París fue el súmmum, la cúspide, la cima, de mi entusiasmo, de mi frenesí, de mi delirio y pasión.
Pero el fuego esta vez en vez de derretirme me calcinó, me fulminó, y me convirtió en cenizas de lo que era, de lo que fui, de lo que aún no he podido volver a ser.
Al menos hoy creo haberlas recogido todas y las guardo celosamente para, algún día, resurgir de las mismas .