
Sé que un día no estarás, simplemente porque la vida es así, porque unos nacen y otros tienen que morir. La cuestión es que no me acostumbraré a no poder llamarte sollozando que estoy perdida, que no sé qué hacer. No podré recordarte tumbado en el sofá y saber que estás ahí esperando por si te necesito, y no quiero suplantarte por ningún hombre, porque en realidad sólo estuviste tú y tu peculiar forma de ver las cosas, los problemas, cuando éstos llegaron a mi pequeño espacio vital de los diecipocos. Esperando a que llegara por las noches, y preguntando a terceras personas si comí, si dormí, si respiré, si lloré y sobre todo cuanto me reí.
Quizá no hablamos nunca el mismo idioma pero en el fondo somos la misma persona, distintas épocas, distintos impulsos, pero estamos hechos del mismo material noble, sencillo, sonriente...claro que a mí me tocó también genética distinta y modificó el patrón original de la sonrisa eterna. Pero estás tú, que me lo recuerda, que me dice "¡qué suerte tengo, hoy es un nuevo día y estoy aquí!". Y aún cubierta por mi edredón te escucho silbar por la calle, saludar vociferando a todo el mundo, sin distinción, sin importarte nada, abres la puerta y cantas...
Por primera vez seguramente en toda mi vida te echo de menos y en el fondo me alegro de hacerlo.
Te quiero.
C'est l'amour inconditionnel, l'amour sans doutes, l'amour qui est toujours là. Précieux.
ResponderEliminar