Cada vez que lo pienso me atrevo a confirmarlo, y es que pienso que siempre, al final, sólo estarás tú. A cientos de kilómetros de distancia, sólo tú, imposible, inalcanzable, nuestras casualidades no coinciden, no nos dejan coincidir, si yo te espero en una cafetería pierdes el último tren, si me esperas en la puerta del museo no me dejan salir.
Vidas imposibles entre Barcelona y Madrid.
Berlín, París, Viena o Linz, da igual.
Aunque estemos nunca podrá ser.
Pero nunca fuimos, aún no hemos estado,
desde aquí te prometo que una vez estaré, donde tú estés.
Estaremos allí.
Es triste pero reconfortante saber que estás y estarás aquí, ahí, lejos e imposible pero real de alguna forma, si suspendo, si lo logro, si enfermo, si gano, si pierdo, dando igual qué pasa a tu alrededor.
Gracias.
Por ser sin estar.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario