viernes, 18 de diciembre de 2009

A way to go nowhere.
There I am.
There I walk.
I know, but there's no step behind when I take a look to come back.
I will continue until the end.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Tres corazones.


Estoy nervioso, mi pareja y mis hijos no paran de deambular por la habitación, salen al pasillo, no concilian el sueño, yo sé que están llorando algunos, otros no paran de rezar, todos están nerviosos, yo también. Pienso en que siempre es un riesgo entrar en un sueño dulce y profundo del que no se sabe cómo despertarás, pero no puedo seguir viviendo así. Todos me han tratado lo mejor posible, aún así nadie me puede asegurar nada al cien por cien.

No sé por qué he sido tan impulsivo al invitarla a operar, no lo entiendo, quizá porque estaba tan perdida y sola como yo suelo estarlo, no lo sé pero ahora está todo hecho, espero que no meta demasiado la pata, que n ose me caiga encima del paciente o vomite, espero que el Dr. Andrea no me destituya o empiece a dudar de mi criterio, joder, será mejor que deje de pensar e intente dormir un poco, mañana son 8 horas de quirófano con las 4 primeras en tensión. Quizá se quede dormida y no aparezca, o se pierda. Espero de todos modos que revise ese artículo antes del lunes.

Voy a ir a dormir ya, sí, no quiero tener nada de sueño, absolutamente nada, además me tendré que levantar a las 6 si quiero comer en condiciones, ¿qué desayuno?. Lo mismo de siempre será insuficiente pero no tengo mucho más, quizá esos panecillos, pero ¿y si no me deja hacer nada habré comido en exceso inútilmente?. No lo sé, ya veremos mañana. Creo que no se me olvida nada en la mochila y no me he dejado ni un artículo sin leer, ¿será suficiente? Veamos, se empieza por...Sí, creo que está todo, ahora, no sé, quizá si me masturbo me quede tranquila y me duerma, no, mi compañera está despierta. Habrá que esforzarse en dormir.
(...)

Llego tarde, ah no, son las 3.
...
Me he quedado dormida! No, son las 5.
...
¿Dónde estás, dónde duermes?...
¿Ya son las 6? Rápido!
...



domingo, 13 de diciembre de 2009

A veces me paro y me pregunto.
¿Cuántas vidas has complicado ya?

Aún no lo sé, he perdido la cuenta, el día que haya que ajustar cuentas deberé más de un siglo de vida feliz y tranquila sin pensar en mí.
Cuando juegas con fuego, el hielo que sujetas entre tus labios, tarde o temprano, se derrite y te acabas quemando. Ardes, arrasas, destruyes. Te consumes.
Es fácil jugar, es fácil pecar, es fácil mentir, es fácil de ocultar.
Si me pesa más la mala conciencia que la mala idea por algo será, o eso espero.
No me busques si a lo que más temes es encontrarme pues siempre tengo ganas de luchar y ahora me muerdo la lengua y los labios, me ato las manos y me sello la boca, para no pecar, para no besar y rozar el alivio prohibido de la venganza impuesta por el reto.
No lo hagas, no quiero encontrarme traicionando a mi orgullo, mi respeto y tampoco a tí.

Mentiría si te dijera que hoy dejé de pensar en tí, te dejé en mi imaginación, por tu bien, por mi paz, y proponía ser la amante sentimental y corporal de cuando en cuando de ese ente que me transita día tras día desde hace ya casi cuatro años, y disfrutar, seguir pecando mientras me adoran y no dejo de adorar a la misma persona, sólo que tras una distancia insalvable a excepción de los hoteles...

Trop à penser, peu à faire.


martes, 8 de diciembre de 2009

Ni pérdidas, ni enfermedades, ni despedidas, ni lágrimas, ni suspensos, indudablemente una de las peores cosas que me han acompañado desde que tengo uso de razón es la envidia. No la que yo profeso, que no pasa más allá de una talla de pantalón, o una cintura, sino la que me persigue allende los mares, y creo que a tí también pequeña Reci, será porque somos como somos, porque no queremos ser de otra forma, ni cambiar, ni dejarnos, aunque nos equivocamos alguna vez, hablo más por mí que no me gusta meter a los demás.
Ser original, ser uno mismo, quererse o al menos intentarlo, parece ser motivo suficiente para los más indeseosos deseos del otro hacia uno mismo, las miradas que crean llagas, y nadie se alegra de verdad de lo bueno que te pueda pasar sino está por debajo de sus propias posibilidades, qué pasa? Por qué ese miedo a no ganar? Por qué nadie se sabe conformar? No es conformar siquiera, más bien valorar, lo que se tiene, a lo que se accede, lo que se cultiva, lo que se gana, lo que se trabaja, lo que se merece.

No puedes esperar ser querida si tan sólo el odio te rodea, si los requisitos para tus caricias son más que un sentimiento un cúmulo de condiciones físicas e ideales que rozan más bien el nazismo que la realidad. No puedes esperar si no sabes dar.

Lo dejo, porque se huele a millas que me acabo de molestar, que cierta persona me acaba de molestar, y en el fondo seguramente no se lo merezca, es un cúmulo de males momentos en este día.

En fin.

jueves, 3 de diciembre de 2009


Me voy porque empiezo a no echarte de menos.

Ese cosquilleo incómodo,
el de no querer contarlo,
el de no querer escucharlo,
el de no querer preguntarlo.
Fruto de inseguridades, esquivamos la realidad, la verdad, luchamos por no esconderla pero no podemos evitar sentir que necesitamos esquivarla.

Pero ya no quiero más, pureza.
Soy yo, era así, seré de cualquier forma.
Es lo que hay, nada que ver seguramente con lo que habrá.