martes, 2 de junio de 2020

¿Hay alguien ahí?

Mentiría si dijera que no he vuelto a pensar en ti nunca, pero es como si dentro de mi cabeza sonara todo el rato música disco a todo volumen y no me dejara regodearme en ese pensamiento, en los recuerdos. Es martes, pero podría ser cualquier otro día y no sabríamos cual es la diferencia, van pasando uno detrás de otro, como los años. Creía haberte mandado un correo electrónico hace ya quinientos veintisiete días, muchos martes sí, digo creía porque hoy me he atrevido a comprobar que nunca se envió, y quiero pensar que es por eso que sigue estando vacía la bandeja de entrada de una dirección que es sólo nuestra, tuya y mía, y no porque hayas decidido dejar de contar días en esa vida que decidiste llevar.
Hace uno o dos martes mientras conducía a la vuelta del trabajo me imaginaba llamándote con el manos libres a la Universidad, me ponía nerviosa pensando en la voz de tu secretaria preguntándome a quién buscaba y quién era yo. ¿Quién soy yo?¿Soy Lo? ¿Lola? ¿el nombre que aparece en mi carnet de identidad?, dudaba que si me presentaba como Lo, Lola, no cayeras en quién habría detrás del teléfono y que si decía mi nombre real quería pensar que las fibras musculares de tu estómago se iban a contraer, aunque fuese ligeramente, pensando en la posibilidad remota de que fuera yo realmente. Decidí en mi imaginación que iba a ser una estudiante más en busca de un proyecto de investigación más, no sabía qué inventarme y mucho menos qué iba a decirte, pero empecé a sudar y a tener palpitaciones, como si la última vez que nos vimos no hubiese ocurrido y aún fueras el que recordaba paseando por Montjuic. Mientras imaginaba la excusa que iba a buscar se abrió la puerta del garaje y la falta de cobertura ayudó a esfumar esa idea.
No es la primera vez que te busco en mi memoria y fuera de ella, releo los correos, las historias, intento recordar las que se han perdido en la red.
Sólo espero que hayas conseguido sonreír, sin banalidad, con calidez, ojalá haya más de una carcajada, más de una caricia que te erice la espalda.
(Vuelve la música disco)

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