jueves, 27 de agosto de 2009

No te preocupes por tu mala letra, te dejaré probar caligrafía sobre mi cuerpo.
La mujer antorcha, aquella que tenía una central nuclear entre las piernas.
Llevo ropa interior de Wally...
¿Me dejas buscarlo?


Me gusta el sexo.
No, tu te follas al sexo.

Compartimos la misma toalla,
distintos sudores,
todavía quedan islas con playas
color azafrán.
Fui su medio limón, su chéri,
su peor latin lover,
su lección de español, su desliz,
su comme ci, su comme ça.

Pero un día retiraron las mesas
y… hasta otro verano.
Las mejores promesas son esas
que no hay que cumplir
y… “viajeros al tren, que nos va-
mos”, me dijo un milano,
“flaco, pórtate bien, au revoir,
buena suerte en París”.

Porque siempre hubo clases y yo
no doy bien de marido.
Otra vez a perder un partido,
sin tocar el balón.

Porque el mundo es injusto, chaval,
pero si me provocan
yo también sé jugarme la boca,
qué te voy a contar.


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